lunes, 28 de septiembre de 2015

BOLONIA POR ESTELA (II) : RÁVENA



DÍA 2 - 24 julio - RÁVENA (imprescindible) y tarde en Bolonia

Tren: Duración - 1 h y 10 min. Ida - 45 ´ vuelta. Coste: 4 e.
¿Qué ver?.
                - Plaza del Popolo. No está mal.
                - San Apollinaire in Classe. Está muy bien pero entre el desplazamiento (2 e cada viaje de autobús), lo que te cobran (9 e) de entrada y el tiempo que se tarda en ir y volver recomiendo saltárselo porque en la ciudad hay suficientes iglesias igual de bonitas.
                - Iglesia de San Francisco. Saltarla.
                - Baptisterio Arriano: Nos la saltamos porque no nos dimos cuenta y merece la pena.
                - Iglesia de San Apollinaire in Nuovo. Imprescindible.
                - Tumba de Dante: estaba cerrada.
                - Baptisterio de Neoniano: imprescindible.
                - Duomo: saltarlo.
                - Capilla de San Andrés: muy buena.
                - San Vitale: realmente imprescindible.
                - Mausoleo de Gala Placidia: que está justo al lado de San Vitale: imprescindible.
El mausoleo de Teodorico nos lo saltamos porque no merecía la pena.

                Al día siguiente (viernes 24 de julio), nos levantamos a las  siete y media de la mañana. Desayunamos bien en el hotel y posteriormente vamos a sacar los billetes del tren que nos llevará a Rávena en la Estación Central de Bolonia.

                Los billetes los sacamos en las máquinas automáticas que hay, sin ningún problema, ya que las instrucciones de obtención de los mismos están, entre otros idiomas, en español. Recordar que en Italia es imprescindible convalidar los billetes en unas pequeñas máquinas.

                Para convalidar los billetes de tren pequeños hay que introducir el billete en la máquina en perpendicular (si es el billete grande) y después moverlo hacia la izquierda (si es pequeño).

                Cogemos el tren a las 8:52 de la mañana, y llegamos a las 10 de la mañana a Rávena, con diez minutos de retraso. El tren hace mucho ruido y pasamos calor en el mismo, ya que no tiene aire acondicionado y tenemos que abrir las ventanillas.

                Al llegar a la estación de trenes de Rávena compramos un plano que nos cuesta 4 €.

                El primer monumento que queremos visitar es San Apollinaire in Classe, que está fuera de Rávena, en el pueblo de Classe, por lo que tenemos que coger un autobús, la línea nº4, a la salida de la estación, enfrente de la misma, tras pasar un parquecillo. El billete cuesta 2 € por persona y es válido para 1 hora. Después de un viaje de 15 minutos aproximadamente, llegamos a la Iglesia citada, donde para entrar debemos pagar una entrada que cuesta 5 € por persona. La oficina de turismo que había al lado de la iglesia se encuentra cerrada.

                Después de visitar el monumento, nos dirigimos a la parada del autobús que está enfrente de la que nos dejó a la ida. Esperamos que pase un  autobús durante aproximadamente 40 minutos, y como vemos que no pasa ninguno, preguntamos a una vecina del pueblo,  que nos indica que en la parada que estábamos esperando el autobús cada hora o cada hora y media, no se sabe, indicándonos que la línea 4, que es la que tenemos que coger para volver a Rávena, está en la plaza del pueblo. Al buscar la parada del autobús de dicha línea nos damos cuenta que está justo detrás de la iglesia que habíamos visitado, y realmente no está en una plaza. Después de esperar otra media hora con mucho calor y humedad, cogemos el autobús que nos llevará a la estación de trenes.

                Posteriormente nos disponemos a visitar los diversos monumentos que hay en Rávena. En primer lugar la Iglesia de San Francisco, que a nuestro entender es de poca importancia y se puede saltar.

                A continuación nos dirigimos a la Iglesia de San Apollinaire in Nuovo, que es muy bonita, con unos mosaicos preciosos. Pagamos para entrar un ticket de 9,50 € por persona, valiéndonos el mismo para visitar las demás iglesias de la ciudad.

                Movemos nuestros pasos a la tumba de Dante, pero no la podemos ver porque está cerrada (cierran al mediodía).

                Con este pequeño chasco nos encaminamos a visitar el Baptisterio de Neoniano, que es una pequeña construcción, con unos mosaicos preciosos. Al lado está el Duomo, que es una Iglesia que no vale la pena visitar.

                Como ya son las dos, buscamos un restaurante para comer. Lo localizamos en un bar que está enfrente del Baptisterio que acabamos de visitar. Pedimos una pizza y una piadine, que con el agua y un pequeñísimo café nos sale por 17,10 €, siendo el precio del coperto de 2 €. En el restaurante hay aire acondicionado, cosa que se agradece debido al calor que hace.

                Finalizada la comida, nos acercamos a la capilla de San Andrés, que está dentro del museo y al lado del Baptisterio de Neoniano. Es pequeña pero muy bonita. El museo tampoco está nada mal. No dejan hacer fotos ni en el museo ni en la capilla.
 
                Restaba visitar San Vitale, que es impresionante y el mausoleo de Gala Placidia, que está junto a esta última iglesia.
 
                Finalmente, para volver a la estación de trenes que nos llevará de vuelta a Bolonia, vamos callejeando por la ciudad, pasando por la Plaza del Popolo, que  es coquetona.

                El tren de vuelta lo cogemos a las 17:33. Los monumentos principales de Rávena, excluida San Apollinaire in Classe los vimos en 3 horas, incluida la comida (recordar que nos saltamos uno porque no nos dimos cuenta pero a cambio vimos otro que no merecía la pena). Es decir, Rávena se puede visitar perfectamente en una mañana.

                Llegamos a Bolonia a las 18:15 h. El tren de vuelta es más cómodo que el de ida, ya que no hace tanto ruido y tiene aire acondicionado.

                Hay que recordar que antes de subir al tren en Italia hay que validar el billete.

                De vuelta al hotel en Bolonia, descansamos un rato, planificamos el siguiente día y vamos a cenar a la calle de los restaurantes. Cenamos una pizza y una ensalada, con agua natural (75 cl). El coperto ha sido de 6 €, aunque en la carta ponía que sería del 10 % del precio de la comida. El coperto no es este porcentaje, sino que depende del restaurante.  Han sido 20, 50 e.

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