Nuestro viaje comenzó con una pequeña parada en Toulouse, ciudad de gran industria aeroespacial y una aclamada universidad. Sólo vimos lo básico, la plaza del capitolio y desde allí, a través de la rue de St. Taur (patrón de la ciudad, mártir que murió arrastrado por un toro).Terminamos con la basílica de St. Sernin, la segunda iglesia románica más grande del mundo, tras la de Santiago. Junto a ella, el convento de los agustinos. Magnífico claustro y artesonado.
De camino a la Provenza paramos en Beizers, en donde vimos la mayor concentración de exclusas de todo el canal du midi (aquí nació el ingeniero y visionario del canal, que une Atlántico con Mediterráneo), y nos hicimos una magnífica foto de postal del pueblo (con la catedral fortificada) y su puente. Ésta es una de las mejores estampas de Francia para poder tomar.
Llegamos a Arles, ciudad que escogí por estar magníficamente situada de cara a nuestras excursiones aunque luego nos resultó una ciudad un tanto tétrica (rancia y escasamente iluminada).Nos costó un poco llegar, debido al intenso tráfico por la zona de Nimes. (Desviaros como nosotros por alguna nacional)
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