domingo, 22 de noviembre de 2015

ESTOCOLMO POR MARI PAZ (Y II)



Excursiones fuera de Estocolmo
Vaxhlom con barco
Uppsala, ciudad universitaria
Gottenburgo

GOTEMBURGO
Está situada en la costa oeste muy cerca de Copenhague, a 4h en tren desde Estocolmo.
El centro es bastante monumental, aunque parece más una ciudad de provincias, el edificio de la ópera es original. Destacamos la visita al parque del castillo.



Imprescindible coger un barco para ir al archipiélago y pasar el día en una isla, por ejemplo VINGA (22 €), el barco sale a las 10 de la mañana aunque es mejor ir antes para escoger asiento y regresa a las tres, el trayecto dura 1h 20min.
Para bañarse en el mar cerca de la ciudad se puede ir a SILLVICK, se cogen dos autobuses el svar Express hasta lillebyvagen y luego el 23 hasta Sillvick, en total 40 min, el 23 pasa cada media hora.


Cosas generales

El transporte es más caro que en España, para comer hay opciones muy asequibles, tailandés, indio, o cualquier restaurante italiano. El horario de menú acaba a las 14h. tomar una cerveza casi en cualquier sitio cuesta más de 5€ y un café 3 o 4€, eso sí sirven agua del grifo para comer que está muy rica.
A unos 500 km de Estocolmo está Helsinki, Tallín, Oslo, Copenhague, un poco más lejos pero también salen barcos a S. Peterburgo. (No olvidar llevar el pasaporte por si acaso). Nos han recomendado visitar el norte de Noruega (Narvik) en cambio no el norte de Suecia a no ser que se sea aficionado a caminar por montaña o esquiar.

La opción de alojamiento más barata sería albergue que los hay de habitación doble con baño, la palabra en sueco es Vandrajem.

viernes, 20 de noviembre de 2015

BOLONIA POR ESTELA (IV)



DÍA 4 - 26 julio - FERRARA - tarde Bolonia



Tren: Duración: media hora. Coste: 4, 60 e.

¿Qué ver?.:

                Castillo Estense (por fuera). Imprescindible. En el interior (plaza) se encuentra la oficina de turismo.
                Duomo (imprescindible).
                Calle della volte (regular).
                Calle Mazzoni (muy curiosa).
                Palacio Schifanoia (personalmente me lo saltaría por estar lejos y sólo tiene dos salas).
                Palacio del Diamante: Bonito en su exterior.


                Al día siguiente (domingo 26 julio), salimos de la estación de trenes en dirección a Ferrara a las nueve y veinte de la mañana. Observamos que en la estación hay un punto de encuentro, que es ideal por si te pierdes. En el tren se pone a hablar con nosotros un italiano.Se pone a hablar de todo un poco con nosotros, de fútbol, de motos, etc. Resulta al final que es un mendigo y nos pide dinero. En los días que llevamos en Italia no hemos visto en el tren a un revisor.  Nos resulta curioso que en la mayoría de los trenes hay cargadores para el móvil (en el AVE español no).

                En Ferrara sigue haciendo bastante calor.

                Cuando llegamos a Ferrara vemos un mapa de la ciudad. No vemos preciso de momento comprar un mapa. Llegar al centro de la ciudad es fácil.

                En primer lugar vemos el castillo Estense, que es un edificio enorme.   En el castillo está la oficina de turismo, y allí nos dan un plano. No vale la pena ver el castillo por dentro.




                Aproximadamente a cinco minutos del castillo está el Duomo, situado en una plaza preciosa con un palacio renacentista. La portada de la catedral es magnífica y el interior tampoco está nada mal.

                Visitada la catedral continuamos a la calle della volte, que es una calle con arcadas de estilo medieval.

                Callejeando pasamos por la calle Mazzoni, con decoración peculiar de paraguas a modo de sombrillas,  y después de pasear un poco, llegamos al palacio Schifanoia, que es una decepción. Está un poco lejos del centro de la ciudad y hace un calor mortal. Nos cobran 3 € por persona para ver dos únicas salas, una con frescos y otra con artesonado. No es muy recomendable la visita. Finalmente, y tras pasar otra vez por el castillo Estense, vamos a ver el Palacio del Diamante, con un bonito exterior de estilo renacentista.

                Señalar que en muchas ciudades italianas el suelo está empedrado, por lo que conviene ir con un calzado apropiado para ello.

                Regresamos a la estación de trenes para volver a Bolonia. Los billetes cuestan 4,60 € por persona.

                Comemos algo en un bar cercano a la estación. Un trozo de pizza (cuando es un trozo se llama "al taglio", para que lo sepáis cuando veáis la expresión), 2 e por cada trozo y bebidas a 1, 50 € cada una. En los bares no cobran coperto.

                Ya en Bolonia, nos duchamos y dormimos un poco la siesta en el hotel.

       Tarde: Bolonia - torres medievales.

                Repuestos, nos acercamos a la estación a comprar un tren para ir a Parma. Una vez que cogemos el  billete vemos que el tren que vamos a coger lo han cancelado. Como vemos que por la hora que es ya no vamos a poder ver los monumentos principales de Parma y no tenemos plan B, decidimos pasar la tarde en Bolonia. Primero estamos en un bar cercano a la estación; pedimos una coca cola y también agua de melocotón, pero el camarero nos ofrece agua con menta, que es una bebida italiana, y que está bastante buena. Por las dos consumiciones nos cobran 7 €, una barbaridad.





                De camino a la Plaza de Neptuno nos encontramos con dos torres medievales. Una torre es la torre Prendiparte, que está en la placeta del mismo nombre, al lado de la calle Albiroli, y la otra, de 60 metros de altura, en la calle Azzoguidi. Nos encontramos con unos españoles que buscan la torre Prendiparte; no llevan plano y sin embargo conocen la torre (nos resulta extraño). Callejeamos un poco por Bolonia y vemos las iglesias que están abiertas (ninguna reseñable).



                Cenamos en el restaurante de ayer. Pedimos 2 pizzas: una de cuatro quesos y otra la carbonara (esta última no estaba muy buena). El agua es natural, (hay que decir aqua naturale siempre en Italia porque si no te dan con gas). Comer una pizza por persona en este restaurante es demasiado. Se quejan de que los españoles hablan muy alto, pero los italianos también lo hacen. Al comer las pizzas ponen siempre aceite, uno normal y otro picante.

                Comentar que en Bolonia, al igual que en las demás ciudades italianas que de momento hemos visitado, mucha gente se desplaza en bicicleta. De hecho, Ferrara se encuentra entre las cinco primeras ciudades del mundo que se mueven más personas en este medio de transporte.

                Observamos que la oficina de turismo está en unos soportales de la plaza Maggiore. En las oficinas de turismo italianas la información es muy mala: te dan un plano de la ciudad pero no te explican nada de los monumentos más importantes que hay que ver.

domingo, 15 de noviembre de 2015

BOLONIA POR ESTELA (III)



DÍA 3- Sábado 25. MÓDENA (opcional) y Bolonia por la tarde.

Tren: Duración - media hora. Coste: 3, 75 e.
¿Qué ver?. Duomo (básico), mercado coperto (opcional) y Museo Enzo Ferrari (sólo si eres amante de los coches porque es muy caro, 15 e).
               
                Al día siguiente, sábado 25, salimos a las nueve menos diez para Módena en tren desde la Estación Central de Bolonia. Llegamos las nueve y veinte.

                En primer lugar vamos al Duomo, encontrándonos de camino con el edificio del palacio Ducal, que se está reformando en su parte trasera (se puede saltar). Para entrar en el Duomo obligan a las mujeres a taparse los hombros, por lo que es necesario ponerse un chal.

                En el momento de la entrada en el Duomo está celebrándose una confirmación, por parejas, de gente mayor (unos veintitantos años, algo que en España no existe). Visitamos un poco la Iglesia, pero salimos a esperar a que acabe la ceremonia. Como vemos que ésta se alarga, acudimos al Mercado Coperto que se encuentra muy cerca. Visitamos diversos puestos y buscamos el afamado vinagre de Módena. Sólo encontramos en el mercado un puesto que lo vendieran. Compramos una bote pequeño muy bonito de 40 ml de 10 años, por la que nos cobran 6 €. Volvemos al Duomo, que es un edificio magnífico, con estupendos bajo relieves. La visita al Duomo es gratuita.


               
                Después del Duomo vamos a visitar el Museo Enzo Ferrari. La entrada es un poco cara, ya que la visita básica cuesta 15 €. En el museo visitamos en primer lugar el Museo del Motor, que se  encuentra en una antigua nave hoy reformada y que recoge diversos modelos de carreras y posteriormente vamos al nuevo pabellón, que tiene la entrada situada a la derecha de donde se obtienen las entradas. Es un pabellón futurista que muestra la evolución de la marca, destacando entre todos el prototipo denominado ”La Ferrari”. Durante la visita se proyectan en las paredes del edificio un espectacular vídeo del fundador de la marca y del tenor Luciano Pavarotti, que nació en la ciudad. Después del salir del museo vamos a la tienda de Ferrari, con unos precios prohibitivos.


                De camino a la estación paramos a comer en un bar, denominado Prima Colazioni, situado en la calle F. Crispi. La comida es sencilla, pero buena y barata. La comida nos cuesta 18,50 € dos personas (no cobran coperto).
               
                De vuelta a la estación, mientras esperamos al tren que nos llevará a Bolonia, hablamos un rato con una pareja de italianos, que nos dicen que hemos hecho una buena compra con el vinagre.

                Comentar que callejeando por la ciudad observamos esquelas a tamaño gigante, mayor que el Din - A3.

                Bolonia - tarde: San Petronio (bien), conjunto de Iglesias de San Estéfano (muy buenas) y torres Asinelli (imprescindibles).


                Ya en Bolonia, hacemos descanso en el hotel (ducha y siesta). Una vez descansados, nos dirigimos en primer lugar a la Iglesia de San Petronio, en la que de nuevo obligan a cubrir los hombros. Para poder hacer fotos en el interior no obligan a pagar 2 €, medida que consideramos un tanto incoherente, ya que consideramos más lógico que cobrasen a todos los visitantes que entren el templo la cantidad que se estimase conveniente, y no sólo por hacer fotos. Me ponen una pulsera fosforita para que el vigilante reconozca mi derecho a hacer fotos.




                Al salir, paseando por diversas calles típicas del centro histórico de Bolonia, vamos al conjunto de Iglesias de San Estéfano, de las que actualmente se conservan 4. La entrada es gratuita. Nos sorprende para bien y merece la pena. En el primer templo el altar se encuentra en un piso superior (algo raro). Las iglesias son de estilo románico.


                Después de mirar estas iglesias vamos a la Iglesia de San Doménico, que no vale la pena visitar.

                Callejeamos un rato y volvemos a pasar por las torres Asinelli (imprescindibles). En la plaza de al lado (muy bonita) vemos un hecho sorprendente, y es un pequeño pájaro, un periquito, que pasea con su dueña sin sujeción alguna. Al pajarillo se le veía feliz de pasear con su dueña.
 
                Nos tomamos el helado de rigor. Esta vez de fresa y de mango. Está elaborado sin leche y está bueno. Nos cuesta 3,50 €, en tamaño grande.

                Después buscamos un restaurante para cenar, dirigiendo nuestros pasos, previa recomendación del creador de este blog, a un bar situado en la calle San Vitale nº45, denominado Spaccanapoli. La comida es excelente y a buen precio. Nos cobran 17 € (coperto 3,00 €). El precio del coperto es el mismo que el que pone en la carta. Y ya, de regreso al hotel, por calles muy poco iluminadas.

                Hay que hacer notar que en esta ciudad se ven pocos mendigos y que los semáforos de peatones tienen también color ámbar.

                Además señalar que los estancos tienen una máquina expendedora para dispensar cuando están cerrados.