El segundo día fuimos al castillo de Neuschwanstein. Como
había leído que
incluso teniendo entrada la cola era de una hora y nuestro
programa apretado, decidí que mejor sería verlo por fuera ya que íbamos a ver
otros palacios por dentro. (Llevar entrada comprada por Internet).
El castillo se ve desde
la carretera pero las mejores vistas no son ésas, así que las fotos pueden
esperar. El pueblo dónde se encuentra se llaman Füssen, con casitas pintadas y cómo no, puestos de venta al
turista. Hasta alcanzar el castillo tienes que recorrer un camino largo y
empinado entre los bosques. Una vez que llegas conviene continuar el camino
hasta encontrar el puente, que es un mirador excelente dónde encontrarás las
mejores vistas del castillo. Imprescindible.
Desde el parking del
castillo de Neuschwanstein podéis observar el castillo de Hohenschwangau (¡vaya nombres!) que tampoco vimos por dentro.
La siguiente parada fue
en Lechfall und Klamm, una caída
artificial de agua que os podéis saltar. No estaba programada y simplemente
paramos ya que había un restaurante típico. La señora una vez que habíamos
pagado ya no era tan amable.
Por la tarde fuimos a Linderhof, que sí vimos por dentro. Es
una maravilla e imprescindible en cualquier tipo de viaje. Se trata de uno de
los castillos del rey loco (tenía tres: El de Neuschwanstein, el de Linderhof y
el de Herremchiensee). De los tres castillos el de Linderhof es el más pequeño
y el único finalizado. Los tres son claramente rococó (muy recargados en la
decoración) intentando imitar en todo momento al Versalles y lujo del rey Sol
al que tanto admiraba el rey loco. Sin haber pedido impuestos a
los ciudadanos y habiendo vivido tan sólo 40 años nos ha dejado estas obras de arte.
El palacio de Linderhof
tiene, además del propio palacio, una cueva con un barco y un kiosko de estilo
árabe que conviene que no os saltéis.
Existe una tarjeta de
visita de castillos por 40 euros la pareja (a 20 por persona) y si es una
persona sola a 24 euros. Incluyen muchos castillos, por lo que sale amortizada
si vas a ver varios. La tarjeta dura 14 días. También existe una anual que sube
un poco más de coste pero poco.
Esa noche dormimos en Oberrammergau. Aconsejo firmemente el hotel (Hotel-Gasthof zur Rose) porque nos salió a 32 euros la noche incluyendo desayuno. En las inmediaciones se puede aparcar sin problemas. No pudimos cenar en el hotel porque a las 10 habían cerrado pero me quedé con las ganas. La chica que nos atendió vestía traje tirolés. Fue un hotel barato, limpio y curioso con detalles como en los entrepisos ordenadores portátiles para quién quisiera, sofás o libros en los pasillos. Para cenar hay varios restaurantes cerca de comida italiana o mexicana. Sin problemas aunque vayáis tarde.