sábado, 12 de diciembre de 2015

BOLONIA POR ESTELA (V)



Día 27, lunes y 28, martes.  FLORENCIA (día y medio). Imprescindible.


Tren: media hora. Coste: 24 eur ida y 25 vuelta.
¿Qué ver?. Ver anexo.


Salimos en el tren rápido que va a Florencia a las nueve y veinte minutos de la mañana. Es el único tren que hay; no hay trenes más baratos. El billete, el más barato, cuesta 24 € por persona. El tren es muy cómodo.

Llegamos a Florencia a las diez menos diez de la mañana. Media hora de viaje entonces.

Vamos al hotel Donatello a dejar las maletas y salimos a las once a visitar la ciudad. No recomiendo el hotel. Nos cobran 3, 50 e por permanencia de día y persona en la ciudad.

Vemos en primer lugar una iglesia que no vale la pena visitar.

Después vamos a ver la iglesia de Orsamichele, que es un antiguo granero medieval convertido en iglesia. Tiene un tabernáculo medieval. Entrada gratuita. Muy recomendable.


Posteriormente vamos a ver el Baptisterio de Florencia. Las entradas se sacan justo enfrente. Si las sacas con  tarjeta de crédito te ahorras una considerable cola.  Las entradas cuestan 10 € cada una, y dan derecho a entrar, entre otros lugares, en el baptisterio, en el campanile  y a subir a la cúpula del Duomo. El baptisterio es absolutamente impresionante. Hay que hacer bastante cola para entrar, por lo que lo mejor es que uno haga cola y otro vaya a sacar las entradas. El interior es de estilo bizantino. El exterior lo están restaurando.

                Visitado el baptisterio pretendemos entrar en el Duomo, pero la impresionante cola (que llega hasta el final de la catedral) nos hace desistir. Por ello, vamos a ver el exterior y el campanile. Son edificios magníficos.

                Callejeamos y pasamos por la plaza de la República, bastante grande, pero que no merece mucho la pena.

                Llegamos a la plaza de la Signoría. Es impresionante. En ella está el palacio Vecchio y la loggia de la Signoría, con numerosas estatuas entre las que destaca una réplica de una estatua de Cellini. Entramos en el interior del palacio Vecchio, que no tiene a nuestro entender mucha cosa que ver comparado con otras bellezas de la ciudad. Entramos también en la tienda de recuerdos que hay en el interior.
 
                Atravesando un pasaje por el palacio Vecchio, decidimos comer a un restaurante en la plaza Firenze. Nos cobran un total de 23 €, de los cuales son 1 € por el coperto. El agua nos cuesta 3,50 € y comemos un plato de tagliatelle alla bolognesa y un  plato de gnocchi. Echamos de menos el menú español con dos platos y postre por el mismo precio.

                Después de comer nos acercamos al famoso puente Vecchio, que está atestado de gente, incluso más que en el resto de Florencia (no vayáis en verano porque aparte del calor el exceso de turistas agobia mucho y la ciudad pierde su esplendor). Todas las tiendas son de joyas y de relojes, menos en la parte central del puente, donde se pueden admirar bonitas vistas del río Arno.

                Posteriormente vamos a ver la Iglesia de la Santa Croce. La entrada cuesta 6 e.

                De camino a la iglesia paramos a mirar un cuadro que venden en un puesto callejero. Pedimos el precio, diciéndonos el vendedor que cuesta 25 €. Le decimos que nos lo pensaremos, ya que en las maletas no veo cómo puede caber, pero viene detrás nuestro y nos dice que nos lo vende por 10 €. Ante tal oferta, lo compramos, claro.

                Para entrar en la iglesia de Santa Cruce hay que hacer un poco de cola, pero no mucha. Hay carteles indicativos de cómo hay que vestir para entrar en la iglesia, pero después observamos que no son muy estrictos. Recordemos que se prohíbe en muchas iglesias italianas el pantalón corto y los hombros descubiertos (tirantes). Curiosamente puedes llevar el escote que quieras.

                La iglesia tiene un ábside maravilloso y casi 300 tumbas, entre las que destacan las de Galileo Galilei y las de Miguel Ángel. Visitamos la iglesia, que es muy grande. Tiene fama la capilla Pazzi, obra de Brunelleschi, pero a nosotros no nos parece gran cosa.

                A la salida de la iglesia nos comemos unos helados, bastantes grandes, que nos cuestan 3,50 € cada uno La galleta que ponen  en los helados no son muy buenas, son mejores las de España.

                Regresamos al hotel y descansamos un poco.

                Después del reposo salimos a cenar. De camino vemos el palacio Medici Ricardi, que es muy bonito. Vamos a ver el Duomo y el Campanile otra vez. De noche nos parece incluso más bonitos que de día, y encima hay mucha menos gente.

                Entramos a cenar en un restaurante en el que somos los últimos comensales. El menú lo tienen traducido al chino (y no al inglés). Esto se entiende con la cantidad de asiáticos que hemos visto. Nos comemos una pizza 4 quesos (aunque parece que sólo era uno) y un plato de spaguetti con tomate. La cena nos sale por 19 €, incluyendo el agua por la que nos cobran 3 €.

                Después de cenar vamos a ver el puente Vecchio, pasando por los exteriores de la Galería Uffizi. El exterior de este edificio está decorado con estatuas de personajes históricos de Florencia (Dante, Petrarca, Maquiavelo, Lorenzo el Magnífico...).

                Las vistas del puente Vecchio de noche son absolutamente maravillosas. Paseamos un poco por el puente, mejor que por el día, ya que no hay tantísima gente.

                Regresamos al hotel pasando una vez más por el Duomo y el Campanile. La iluminación de los monumentos desaparece a las 10: 45 aproximadamente. En una heladería nos comemos un helado, grande, que nos cuesta 4,50 €.

                El día ha sido muy intenso, ya que Florencia es una ciudad muy bonita y hay muchísimas cosas que ver. Para mañana martes dejamos el interior del Duomo y la Iglesia de Santa María Novella. Nos damos cuenta que los museos los tendremos que dejar para otra visita, ya que mañana por la tarde volveremos a Florencia.

                En el hotel nos informan que por dejar las maletas en depósito (queríamos aprovechar la mañana) nos cobran 2,50 € por maleta.

                Llegamos al hotel a las 11,30 de la noche. Nos damos cuenta que el hotel es un laberinto, en el que la numeración de las habitaciones no coincide con las plantas en las que éstas se encuentran.

                Al día siguiente, día 28 martes, tendemos intención de visitar algunas cosas de Florencia que no pudimos ver el día anterior.

                Lo primero,  desayuno  en el hotel. Observamos que el desayuno es menos variado que el del hotel de Bolonia y tiene el inconveniente que los utensilios del desayuno están guardados en armarios justo donde está la máquinas de café, lo que provoca las lógicas molestias a los usuarios.

                Una vez que hemos desayunado, vamos al Duomo para ver su interior. Nos ponemos en la cola, debiendo esperar 20 minutos para entrar al edificio (es menos de lo que habíamos esperado). Merece la pena la entrada. La cúpula es muy bonita, pintada al estilo de la Capilla Sixtina. Hay mucha gente. El resto del edifico no merece la pena. La entrada es gratuita. Hay guías gratuitas en función del idioma. Antes de entrar hay que consultar el horario, ya que varía en función del día.

                Después intentamos entrar a la Galería Uffizi, pero desistimos dada la enorme cantidad de gente y que vemos que la cola no avanza.

                A continuación nos acercamos a la Iglesia de Santa María Novella: Antes de llegar tratamos de orinar en un pasaje al lado de la iglesia. Por utilizar el servicio me piden 0,80 €; como llevo solo 0.50 e no puedo entrar. Después en unos baños al lado de la iglesia tendremos que pagar 1 €. Me parece caro.

                La entrada a la iglesia cuesta 5 € por persona. En la iglesia nos gusta el ábside con unas bonitas pinturas y el altar de mármol de distintos colores. También tiene un claustro bastante grande con tumbas.

                Al acabar de ver la iglesia vamos a comer. Pedimos 1 plato de spaguettis con tomate, un filete de pechuga con patatas, 10.50 € más el agua, y un plato de gnocchis más el agua, a 9 €. Además, el coperto.

                Después vamos al hotel a recoger las maletas y a la estación de tren de Florencia. Cogemos los billetes del tren que  nos llevará a Bolonia a un precio de 24.90 € cada billete.

                Al llegar a Bolonia volvemos al mismo hotel en el que estuvimos los primeros días en esa ciudad. Tanto el hotel florentino como el boloñés tenían en la ducha un cordón que suponemos que servía por si te caías avisar para que te rescaten, ¿o era para otra cosa?. Sin embargo, también lo vi en un baño de un bar.

                Descansamos un poco, nos echamos la siesta y sobre las ocho y pico vamos a cenar. Cenamos en un restaurante llamado Mangiossieme en la vía Falegnami. En el restaurante nos cobran 2.50 € por el coperto por cada persona. Comemos 2 pizzas, costando 8 € cada una. La de mozzarella de buffala está buena. Pedimos también tiramisú de postre, que está bueno y no lleva licor como en España. Nos cobran 2,50 € por una botella de agua de 75 cl. En total la cena nos sale por 27,50 €.

                Después comemos un helado de mascarpone con nutella, que nos cuesta 3,50 €. Está buenísimo.

                Para finalizar la noche, nos tomamos un spritz. Es una bebida típica que habíamos visto a mucha gente beber en los veladores. Nos ofrecen dos tipos y cogemos uno de cada: uno campari (de color rojo) y otro aperol (de color naranja). No nos gustan demasiado, aunque de los dos está mejor el que lleva campari.

domingo, 22 de noviembre de 2015

ESTOCOLMO POR MARI PAZ (Y II)



Excursiones fuera de Estocolmo
Vaxhlom con barco
Uppsala, ciudad universitaria
Gottenburgo

GOTEMBURGO
Está situada en la costa oeste muy cerca de Copenhague, a 4h en tren desde Estocolmo.
El centro es bastante monumental, aunque parece más una ciudad de provincias, el edificio de la ópera es original. Destacamos la visita al parque del castillo.



Imprescindible coger un barco para ir al archipiélago y pasar el día en una isla, por ejemplo VINGA (22 €), el barco sale a las 10 de la mañana aunque es mejor ir antes para escoger asiento y regresa a las tres, el trayecto dura 1h 20min.
Para bañarse en el mar cerca de la ciudad se puede ir a SILLVICK, se cogen dos autobuses el svar Express hasta lillebyvagen y luego el 23 hasta Sillvick, en total 40 min, el 23 pasa cada media hora.


Cosas generales

El transporte es más caro que en España, para comer hay opciones muy asequibles, tailandés, indio, o cualquier restaurante italiano. El horario de menú acaba a las 14h. tomar una cerveza casi en cualquier sitio cuesta más de 5€ y un café 3 o 4€, eso sí sirven agua del grifo para comer que está muy rica.
A unos 500 km de Estocolmo está Helsinki, Tallín, Oslo, Copenhague, un poco más lejos pero también salen barcos a S. Peterburgo. (No olvidar llevar el pasaporte por si acaso). Nos han recomendado visitar el norte de Noruega (Narvik) en cambio no el norte de Suecia a no ser que se sea aficionado a caminar por montaña o esquiar.

La opción de alojamiento más barata sería albergue que los hay de habitación doble con baño, la palabra en sueco es Vandrajem.

viernes, 20 de noviembre de 2015

BOLONIA POR ESTELA (IV)



DÍA 4 - 26 julio - FERRARA - tarde Bolonia



Tren: Duración: media hora. Coste: 4, 60 e.

¿Qué ver?.:

                Castillo Estense (por fuera). Imprescindible. En el interior (plaza) se encuentra la oficina de turismo.
                Duomo (imprescindible).
                Calle della volte (regular).
                Calle Mazzoni (muy curiosa).
                Palacio Schifanoia (personalmente me lo saltaría por estar lejos y sólo tiene dos salas).
                Palacio del Diamante: Bonito en su exterior.


                Al día siguiente (domingo 26 julio), salimos de la estación de trenes en dirección a Ferrara a las nueve y veinte de la mañana. Observamos que en la estación hay un punto de encuentro, que es ideal por si te pierdes. En el tren se pone a hablar con nosotros un italiano.Se pone a hablar de todo un poco con nosotros, de fútbol, de motos, etc. Resulta al final que es un mendigo y nos pide dinero. En los días que llevamos en Italia no hemos visto en el tren a un revisor.  Nos resulta curioso que en la mayoría de los trenes hay cargadores para el móvil (en el AVE español no).

                En Ferrara sigue haciendo bastante calor.

                Cuando llegamos a Ferrara vemos un mapa de la ciudad. No vemos preciso de momento comprar un mapa. Llegar al centro de la ciudad es fácil.

                En primer lugar vemos el castillo Estense, que es un edificio enorme.   En el castillo está la oficina de turismo, y allí nos dan un plano. No vale la pena ver el castillo por dentro.




                Aproximadamente a cinco minutos del castillo está el Duomo, situado en una plaza preciosa con un palacio renacentista. La portada de la catedral es magnífica y el interior tampoco está nada mal.

                Visitada la catedral continuamos a la calle della volte, que es una calle con arcadas de estilo medieval.

                Callejeando pasamos por la calle Mazzoni, con decoración peculiar de paraguas a modo de sombrillas,  y después de pasear un poco, llegamos al palacio Schifanoia, que es una decepción. Está un poco lejos del centro de la ciudad y hace un calor mortal. Nos cobran 3 € por persona para ver dos únicas salas, una con frescos y otra con artesonado. No es muy recomendable la visita. Finalmente, y tras pasar otra vez por el castillo Estense, vamos a ver el Palacio del Diamante, con un bonito exterior de estilo renacentista.

                Señalar que en muchas ciudades italianas el suelo está empedrado, por lo que conviene ir con un calzado apropiado para ello.

                Regresamos a la estación de trenes para volver a Bolonia. Los billetes cuestan 4,60 € por persona.

                Comemos algo en un bar cercano a la estación. Un trozo de pizza (cuando es un trozo se llama "al taglio", para que lo sepáis cuando veáis la expresión), 2 e por cada trozo y bebidas a 1, 50 € cada una. En los bares no cobran coperto.

                Ya en Bolonia, nos duchamos y dormimos un poco la siesta en el hotel.

       Tarde: Bolonia - torres medievales.

                Repuestos, nos acercamos a la estación a comprar un tren para ir a Parma. Una vez que cogemos el  billete vemos que el tren que vamos a coger lo han cancelado. Como vemos que por la hora que es ya no vamos a poder ver los monumentos principales de Parma y no tenemos plan B, decidimos pasar la tarde en Bolonia. Primero estamos en un bar cercano a la estación; pedimos una coca cola y también agua de melocotón, pero el camarero nos ofrece agua con menta, que es una bebida italiana, y que está bastante buena. Por las dos consumiciones nos cobran 7 €, una barbaridad.





                De camino a la Plaza de Neptuno nos encontramos con dos torres medievales. Una torre es la torre Prendiparte, que está en la placeta del mismo nombre, al lado de la calle Albiroli, y la otra, de 60 metros de altura, en la calle Azzoguidi. Nos encontramos con unos españoles que buscan la torre Prendiparte; no llevan plano y sin embargo conocen la torre (nos resulta extraño). Callejeamos un poco por Bolonia y vemos las iglesias que están abiertas (ninguna reseñable).



                Cenamos en el restaurante de ayer. Pedimos 2 pizzas: una de cuatro quesos y otra la carbonara (esta última no estaba muy buena). El agua es natural, (hay que decir aqua naturale siempre en Italia porque si no te dan con gas). Comer una pizza por persona en este restaurante es demasiado. Se quejan de que los españoles hablan muy alto, pero los italianos también lo hacen. Al comer las pizzas ponen siempre aceite, uno normal y otro picante.

                Comentar que en Bolonia, al igual que en las demás ciudades italianas que de momento hemos visitado, mucha gente se desplaza en bicicleta. De hecho, Ferrara se encuentra entre las cinco primeras ciudades del mundo que se mueven más personas en este medio de transporte.

                Observamos que la oficina de turismo está en unos soportales de la plaza Maggiore. En las oficinas de turismo italianas la información es muy mala: te dan un plano de la ciudad pero no te explican nada de los monumentos más importantes que hay que ver.