Uno de los sitios que me quedé con ganas de ver en nuestra pequeña escapada a Milán fué Crespi DÁdda un pequeño pueblo que fue concebido en torno a una fábrica, es decir, que todos los habitantes del pueblo trabajaban en dicha fábrica y se organizó una ciudad -cementerio, colegio, alimentación, etc.- de forma que tuvieran todo lo necesario para ser una comunidad autosuficiente al servicio del propietario de la fábrica, el cual vivía en un pequeño castillo dentro de la misma propiedad. Pues bien, este es uno de los pocos sitios en donde esta forma de concebir la fabricación se ha mantenido casi intacta desde que se construyó, en el siglo XIX. Hoy es patrimonio de la Humanidad.
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