Otro día de los que estuvimos en Bolonia subimos a Ferrara.
La estación está un poco alejada de la ciudad, hay un buen paseo (una media hora) de una gran avenida sin ningún atractivo. Entonces te encuentras con la mole del castillo de los Este, la familia que llevó a Ferrara a ser uno de los ejes fundamentales de la baja Edad media y principios del Renacimiento. La subida a la torre del castillo ahora la integran con la visita entera (unos 10 eur), así que nos quedamos sin subir, qué pena. Después pasamos a la Catedral, (entre ambos hay una plaza escondida con un bonito mercado de frutas)con una fachada inmensa, estaban en misa, así que esperamos un poco para verla con detalle. Quizá lo que me defraudó un poco fué el conjunto de la loggia o mercado que hay adosado a ella, son tiendas antiguas y con poco atractivo. Enfrente a un lateral se halla el museo de la catedral, no tiene mucha cosa, aunque más vigilancia (amargada) por obra que en ningún otro museo que haya entrado.
No es una ciudad muy de tiendas, en ese sentido le faltaba ambiente en comparación con Parma o Bolonia, por ejemplo. Bajamos a la ciudad medieval y la famosa via del Volte y alrededores, que son el entramado medieval quizá mejor conservado de Europa son calles estrechas y desangeladas, sin mucho atractivo. Intentamos alquilar una bici pero eran muy caras (4eur 1h),cierran a mediodía (de 13a 15h) y el recorrido alrededor de las murallas recomendado por las guías no tenía demasiado encanto, pues las murallas estás bastante destartaladas.
Después volvimos para comer y ahí sí que tuvimos suerte, el sitio se llama Nazionale, está enfrete de la fachada de la catedral,comida exquisita, abundante y super barata. El servicio un poco lento pero muy amable.
Después fuimos por la Via Mazzini , y nos asomamos al barrio judío (vía de la Vittoria) el cual tampoco tiene nada que ver ni interesante.
De camino a los palacios (otra caminata) destacar Casa Romei, pequeña pero atractiva, con un patio y salón comedor bonitos. Sin embargo la Palazzina Marquina dÉste no tiene nada. El último de los palacios que vimos por esa zona fué el Palacio Schifanoia, el palacio no es recomendable, pero tiene una joya que por sí ya no merece la pena el viaje a Ferrara, sino ésta estancia en Italia: la sala del zodiaco. Una auténtica joya.
Vuelta a la "zona cero" (catedral + castillo) y ahora subida por la calle majestuosa Corso Ercole D Éste, para terminar la calle en el famosísimo Palazzo del Diamati (foto y nada más). Aún nos acercamos a la Plaza Arriostea, donde se celebra el Palio, tan bueno (no lo he visto, pero es lo que ponen en las guías) como el de Siena, pero no tan famoso (Es lo que pasa)