jueves, 2 de septiembre de 2010

BOLOGNA (III): PARMA Y MÓDENA

En nuestro tercer día de viaje madrugamos para ir a Parma. La ciudad es muy agradable, tranquila, elegante, limpia. Lo más importante que tiene es la catedral y su baptisterio. La catedral es románica, de enormes dimensiones y por dentro tiene una famosa cúpula de Correggio.  El baptisterio está cubierto de frescos en su interior y es impresionante. Además hay muchas iglesias con frescos y cúpulas de Correggio y Parmiggiano.(principalmente Santa María della Steccata y San Giovanni). Quizá los que no recomiendo mucho son los de la Cámera de San Paolo. También Verdi y Prodi son originarios de Parma.
Como sorpresa nos encontramos con el museo Giordano Ferrari -junto a la Camera de San Paolo)de títeres que nos encantó. También resultó un acierto el Teatro Farnesio, todo de madera, fabuloso. Está en un complejo que se llama Palacio della Pilota (pelota), donde también se ecuentra la galería nacional.
Comimos en el parque Ducale atravesando el sequísimo torrente Parma.

BOLOGNA DÍA IV:RÁVENA

Según vamos a Rávena observamos el tren más moderno y más animado de lo aconstumbrado: la gente va a la playa. La zona donde nos deja el tren para ir a nuestro primer objetivo (mausoleo de Teodorico) es muy fea y se nos hace pesado el llegar allí.
Hay que comprar la entrada a los monumentos "por paquetes" porque así sale mejor y son todos recomendables.
El mausoleo es lo mismo que sale en todos los libros de historia: es como si ya lo hubiéramos visto.
Volvemos en bus a la estación para evitarnos andar en "zona industrial" y nos sale un poco caro. Es mejor comprar billetes para todo el día, te incluye la zona para ir a San Apollinare in Classe. Además si los compras en el bus es más caro que en la salida de la estación, en un sitio denominado "punto bus" (esto es lo que tendríamos que haber hecho desde el principio). Allí compramos billetes ya diarios y nos damos una buena vuelta al equivocarnos de sentido (la parada correcta es la más la más lejana al "punto bus"). Así que volvemos a coger el mismo bus y nos lleva en unos 15 min a San Apollinare in Classe.(está a unos 5 Km de Rávenna)
Allí nos vale el combinado de antes (más barato para profesores) y lo que observamos es fabuloso. Ha merecido la pena el viaje.
De vuelta entramos a San Apollinare Nuovo (es más pequeño y peor). Allí compramos otra entrada combinada para el resto de monumentos.
Ya en el centro de la ciudad (más bonito) vemos el Baptisterio Arriano. Es muy bonito. Éste es gratis, sólo tienes que firmar y decir tu impresión después.
Bueno ¿y qué de la historia de Rávena? ¿y qué estamos viendo?
La entrada a Roma por los bárbaros era ya cuestión de muy poco tiempo, así que se decídió transladar la capitalidad del imperio romano de Occidente a Ravenna, una zona pantanosa cerca del imperio de Oriente  más propensa para su defensa.Pero cayó igualmente conqistada, aunque también prosperó bajo el rey Ostrogodo Teodorico y después bajo la reunificación del imperio bajo Justiniano.
Lo que estamos viendo en Rávenna son las primeras basílicas cristianas con explendorosos mosaicos que constituyen el mejor conjunto de arte paleobizantino del mundo.
A continuación comimos y la entrada te obliga a dar un rodeo para pasar por el museo arqueológico -no tiene nada, sólo consigues cansarte- y salir a San Vitale, quizás lo más espectacular de Rávena. Aquí hacen la vista gorda con lo de los flashes, así que a darle.
A la salida está el mausoleo de Gaia Placida, la hermana del emperador Honorio, y es lo más famoso porque al ser tan pequeñito puedes contemplar los mosaicos sabiendo que son mosaicos, y no un fresco, por ejemplo.
Volviendo al centro de la ciudad, hay una zona muy bonita y animada, y pasando por información y turismo nos dejaron llevar unas bicis de forma gratuita, con las que vimos el resto de monumentos, a saber:
el baptisterio neoniano y otro museo donde también hay una capilla con mosaicos.
El resto de día como siempre tomamos un helado.
Por cierto, todos estos monumentos son Patrimonio de la Humanidad.
En definitiva: es impresionante, pero da la sensación de estar repitiendo todo el rato lo mismo.